Ya no quedan más lágrimas. Mis ojos que parecían incansables, se agotaron. Qué silencio tan extraño tras el llanto...
De entre las sombras parece materializarse tu rostro amado, alimentando las pesadillas de mi corazón. Contigo cada noche mis sueños son más perversos.
Me siento afortunada por compartir momentos con otra alma oscura. Me pierdo en tus ojos buscando respuestas y mi corazón se funde entre tinieblas.
Una cortina negra aísla mis ojos y el alma se oscurece.
Todo parece tan malvado... Amores malditos. Dulces pesadillas.
La noche nos sienta bien, esta noche es como un poeta decadente cantándole sus versos a la Muerte. Nosotros también cantamos en nuestra angustia. En esta profunda oscuridad tú y yo... tan lejos y tan cerca.
¿Por qué ahora cuando vienes a mí es sólo en forma de espectro que no descansa ni me dejará descansar? Me atormentas pero te amo de un modo tan enfermizo que no tengo valor suficiente para alejarte de mí. Mi parte más heroica se resiste a morir y como un Quijote ridículo y moribundo me susurra que siga resistiendo, que luche... que tal vez el dolor termine y todo salga bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario