viernes, 17 de marzo de 2017

QUERIDO MÍO



Querido mío, lo que siento por ti ¿puede ser bueno? Contigo yo me alejo de lo mundano, me alejo de lo humano, de lo desconocido. Nadie comprendería lo nuestro.
Llevo tanto tiempo nadando entre dolor que ahora quiero descansar y voy a descansar en ti, en tu hombro, en tu alma, en tu amor. Tú eres mi reposo, mi oasis, mi protección. Eres una puerta que se cierra separándome de la fatiga y la desesperación. Navego hacia ti como hacia la tierra prometida.
En los momentos de aflicción cierro mis ojos y te busco, pronto te encuentro y me acerco a tu mirada intensa y enigmática, a tu sonrisa suave y pícara, a tus movimientos llenos de elegancia y sensualidad. Quiero fundirme en ti, nutrirme de ti. Quiero sentirte, oírte. Cuéntame.
Te he estado buscando. No llegabas. Ahora te tengo aquí. Tu fuerza me llena.
La calidez de tu presencia alivia mis angustias. Eres un templo en el que cada suspiro encuentra una respuesta, en el que el ofensivo ruido desaparece y el silencio y las dulces melodías llenan de paz el corazón.
Es como si en tus brazos no me alcanzara la desgracia, como si todos los demonios se alejaran de mí... Tu presencia lo llena todo. Te siento.

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