viernes, 1 de marzo de 2013

VENUS

Botticelli
Esta entrada es para ti, poderosa diosa que calmas mis pesares. Bellísima diosa que destruyes los temores y cumples mis deseos.
Siempre acudes a mi lado. Contigo todo es hermoso, sensual, sexual y creativo.
Mi desesperación cesa contigo. Mis lágrimas, mis velas rosas, mis velas rojas, la música, las ondulaciones, las conchas, el mar, los orgasmos...  nuestros rituales. Cada vez que te llamo. Compartimos mucho. Tú y yo nos entendemos bien, ¿verdad?
Ante tu altar toda oración recibe respuesta. Siempre me sorprendes y calmas mi dolor con belleza y pasión.
Siento que no me fallas.
Sé que vives en todo lo bello. En todo encanto está tu templo.
Tú me llenas de magia, acercas a los amantes, haces que lo imposible suceda.
Te veo totalmente desnuda surgiendo del mar en el que te llamo, acudes en mi ayuda con tu mirada benefactora y tu sonrisa pícara y seductora. Contigo sé que lo lograré incluso cuando parece imposible.
A veces apareces con tu túnica exquisita y llena de transparencias, con tu piel suave bien expuesta y tu espejo de mano como testigo de todo esplendor. Me das seguridad. Contigo todo es posible.
Te encuentro en todos lados. Estás en cada rosa, en cada suspiro, en cada estrella, en cada nota sensual...
Eres muy generosa y compensas la devoción.
Llenas mi vida de travesuras y alejas los pensamientos sombríos de mi mente.

Me entregas todo lo que es especial.
Cuando me hundo en la desesperación siento tu suave mano en la mía y me regalas fuertes sensaciones, grandes alivios, muchas ilusiones. Contigo nada está perdido.
Te manifiestas en las formas más bellas.
Conmueves cada una de mis fibras, agitas todas mis pasiones, pones ante mí lo más precioso y tentador y ríes viendo como no me puedo resistir. Me enseñas todo lo maravilloso y que no debo privarme de ello. Cada caricia bella en mi piel me la regalas tú, en mi oído viertes los sonidos más preciosos, me haces vibrar con cada baile.
Sanas mis heridas con intensas locuras, dulces secretos y gloriosas sorpresas.
Recuerdo haber llorado tanto ante ti, por todo lo que sentía y temía y recibí de tus manos la salvación.
Tú me diste una gran capacidad para sentir, me mostraste la belleza, el amor, el placer y la ansiedad por alcanzarlo... y me entregaste todo lo que me mostrabas.
Necesito ser y me haces ser. Necesito sentir y me haces sentir. Lo que necesito tener tú me lo haces tener.
Y cada día me sorprendes más. Triunfas ante la adversidad.
Tú consigues alegría, felicidad, amantes y arte.
Transformas la tristeza en gozo.
En la soledad traes buenas compañías.
Haces que lo que antes era gris ahora reluzca con esplendor.
Y cuando parece que todo está vacío haces latir otra vez con fuerza mi corazón.
A ti te dedico todo lo que me inspiras. Te doy todo el placer que pueda sentir, todo lo hermoso que pueda hacer porque sé que después de todo, es el  fruto de tu obra.
Con todo mi amor y agradecimiento.

Alexandre Cabanel

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