viernes, 28 de agosto de 2015

DECADENCIA

Lucian Olteanu
Acúname, busco la forma de calmar mi llanto. Me encuentro siempre entre desconocidos y ando perdida entre la niebla. Si pudieras darme fuerzas... pero tú sólo puedes mirarme, me veneras en silencio como a una reina olvidada y yo sigo a través de olas del miedo. Intento no hundirme pero ya es demasiado tarde. Tú eres una sombra silenciosa, a quien solté ya la mano hace tiempo. Ni en tu amor podré salvarme. A veces busco en la felicidad perdida, agarrarme a un recuerdo dorado.
Mientras suena la melancólica música yo voy meciendo mi cráneo lleno de pesadillas. Parece que este frío será mi único amigo y el correr de mis lágrimas las últimas caricias. Al final todo cae sobre mí, la oscuridad, el cielo, la noche, el mundo... y la niebla me abraza y danza connmigo.
Quiero levantarme aunque sea en una vida ruinosa, puede que yo ande sola en la oscuridad pero mi luz siempre te acompañará ahí donde vayas. La gente más oscura suele tener el alma en llamas.
Voy a sobrevivir en una gloriosa decadencia. Mis largas manos blancas bailan entre las negras sombras y las telarañas me cubren entre las tinieblas. Cada pensamiento tiene una gravedad y un peso eternos.
No encuentras respuestas, no hay respuestas.
No encuentras salida. No hay salida.
Susúrrame al oído para calmar mi dolor de corazón. ¿Dónde estás ahora? ¿Eres una de estas sombras? Dímelo, romántico suicida, poeta retorcedor de entrañas. Te busco en un laberinto sin fin. Junto a ti hace tiempo que el espanto desapareció con una caricia, pero ahora ya no queda nada de ese tiempo, ya no queda nada de esperanza y cualquier pena no tiene fin.



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